17.2.10

Un viaje

“Por cierto, ¿hoy es domingo?” Así se sentía más tranquilo, por eso le respondía que sí, y aunque siempre había alguien con ganas de aguarle la fiesta y deprimirlo durante todo el día, confiaba a ciegas en mi palabra. Y era jueves, pero eso a Carlo le daba igual. Cada día era uno más y, sin embargo, era el mismo. Levantarse, desayunar, salir a pasear, comer, dormir la siesta, ver la tele, cenar, dormir, volver a desayunar,…

–Por cierto, ¿mañana es lunes? –dijo un día cualquiera.
–Sí, ¿qué te apetece hacer?
–Un viaje.


Y al día siguiente, poco antes de amanecer, ya se había ido.